Faktor elektróniko
Ecrit par Joan Guimaray, 6 Avr 2016, 3 commentaires
Escribe Joan Guimaray*
El país está peligro. En peligro está el país. El retorno del leviatán amenaza de nuevo al Perú. El regreso de épocas sombrías nos atemoriza otra vez a los peruanos decentes. La coyuntura electoral nos inquieta nuevamente. En tres períodos de gobierno no pudimos sacudirnos de la infame malatía. En tres lustros de administración no supimos enterrar la infección de la última década del pasado milenio. La incompetencia de nuestros gobernantes ha vuelto a resucitar con más fuerza el carcinoma de los años noventa. La mitomanía con mezcla de oligofrenia de uno, la cleptomanía con raudales de demagogia del otro y la traición con alta dosis de pusilanimidad e incapacidad del tercero, nos han vuelto a colocar en la cornisa de estas elecciones.
Y, resulta que ahora, como en los años noventa, ha quedado demostrada la imparcialidad del Jurado Nacional de Elecciones, el órgano electoral encabezado por un personaje torcido que no tiene escrúpulos para perseguir a sus enemigos y que es capaz de disfrutar de viajes pagados por los justiciables, ha confirmado que la ley es para los candidatos de su antipatía, y no así para quienes gozan de su simpatía. Desde luego, no ha quedado sino evidente, que en el desembarco de Acuña, a pesar de su fatal desatino de entrega de dinero en Chosica, lo que se percibió fue un abyecto tufillo de discriminación. Y, en el caso de Guzmán, la interrupción de su candidatura por asuntos de trámites administrativos, fue una medida evidentemente inconstitucional para favorecer a los candidatos de su simpatía, y que ahora ha quedado claramente demostrado con esa vergonzosa decisión tomada para no aplicar el rigor de la misma ley a Keiko Fujimori, pese a que la candidata del lado enfermo del país, la representante del sector antidemocrático de la nación, la cabeza de la parte inmoral y convenida del Perú, incurrió en la misma causal de infracción que el ex candidato Acuña. De modo que, no tomar en cuenta con un poco de lógica, con algo de criterio y un tanto de ética, los sobres con dinero que entregaban los simpatizantes de ‘Fuerza popular’ a los posibles electores y en presencia de la propia Kandidata, ya revela nítidamente la catadura moral de los miembros del jurado electoral, puesto que son ellos, los únicos que ‘no tienen idea ni saben’ a quién le favorecería esa dádiva.
Ahora, que nadie diga que se equivocaron o se confundieron. Pues no. Todos ellos son abogados. Dos de los cuales son magistrados: versados en leyes, normas y reglamentos. Hombres menos falibles que los ciudadanos comunes. Por tanto, si sus decisiones son incorrectas, ilógicas y atentatorias al estado de derecho, no existe otra respuesta que no sea sino, o son irremediablemente oligofrénicos o impúdicamente bribones. En ambos casos, están deslegitimados para ejercer el cargo que ostentan como miembros de una institución que debió realizar impecablemente estas justas electorales del domingo 10 de abril.
Por eso, en estas condiciones, el voto electrónico en treinta distritos de Lima, no sólo resulta demasiado malicioso y excesivamente sospechoso, sino además, obliga a dudar anticipadamente de la pulcritud de los resultados y exige desconfiar de la imparcialidad de los órganos ejecutores. Claro está que el funcionario de la Oficina Nacional de Procesos Electorales, dice que ‘todo está bien’, que el sistema electrónico está ‘perfecto’, y que los ciudadanos no deben de preocuparse, puesto que el Jurado Nacional de Elecciones ha supervisado todo el diseño del software. Eso quiere decir, que el ente electoral que a todas luces ha demostrado su más horrorosa parcialidad, favoreciendo a unos candidatos y descalificando a otros, ha supervisado con ‘imparcialidad’ la elaboración del software que ha de usarse en los treinta distritos de Lima. Entonces, es imposible creer que no existan fundadas razones para que los demócratas duden, incluso, hasta para piensen que uno o dos de los hombres del JNE estén desempeñándose como especialistas en el diseño de ese programa dirigido a favorecer a alguno de los competidores. Y si fuera así, tampoco es difícil deducir que el volumen de los votantes de treinta distritos de Lima, pueda inclinar la balanza electoral a favor del candidato preferido por el JNE, que desde luego, no será el más decente ni el menos desvergonzado.
Aunque la desconfianza de que sean legítimas estas elecciones presidenciales y congresales, no sólo ha sido originada por las monstruosidades jurídicas y las decisiones antojadizas de los miembros del jurado electoral nacional, sino también, la suspicacia ha sido generada por la propia ONPE que a pesar de varios pedidos de los ciudadanos, ha sido escrupulosamente renuente a revelar el nombre de la empresa autora de la elaboración del software, cuyo diseño tampoco ha sido auditado por ninguna institución de garantía y prestigio. De modo que, el otro elemento que definitivamente ha terminado por reforzar la desconfianza en la población electoral ilustrada que está vigilante de que no tuerzan la voluntad ciudadana, es el anticipado pronunciamiento de los entendidos en esta materia, quienes como conocedores del sistema, aseguran que el voto electrónico no garantiza la identidad secreta del ciudadano votante, por tanto, viola la privacidad del voto.
Los demócratas estamos notificados. Los ciudadanos honestos estamos advertidos. El voto electrónico es sospechoso. Los operadores no garantizan imparcialidad. La democracia está en peligro. Estemos atentos. El ‘faktor elektróniko’ está en marcha. El domingo 10 de abril, puede ser tarde.
*Escritor y periodista peruano.
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Bravo, Joan, de nous alerter ici contre la “technophilie”… qui fait accepter des “votes” via la “démocratie digitale” alors que la technologie digitale est maîtrisée par le pouvoir… et que donc des “votes électroniques” sont loin d’être des votes citoyens libres.
L’amérique latine voit aujourd’hui la réaction faire flèche de tout bois pour déguiser par des procédures démocratiques détournée la reprise du pouvoir là où elle l’a perdue.
C’est d’autre part très sympa de publie en Espagnol sur Indiscipline…
Mais peut-être quelqu’un pourrait-il fournir un petit résumé en Français … Pour faciliter l’accès de la plupart de nos lecteurs, qui sont en majorité francophones…
Oui, tu as raison. J’y avais pensé, mais pas facile de prendre du temps pour ce genre d’activités tout en travaillant. Avant de donner quelques éléments de traduction de son texte, quelques points d’info :
Premier point, Joan est un écrivain et journaliste que Joëlle et moi avons rencontré au cours d’un voyage au Pérou, il y a quelques années. Il est très investi dans les problématiques d’éducation populaire, ainsi que dans la critique des dérives non démocratiques du pouvoir péruvien.
Deuxième point, le Pérou a été dirigé par Alberto Fujimori (un japonais émigré au Pérou) durant les années 90, dans le cadre d’une gestion aussi ultra-libérale que mafieuse et autoritaire. Le pays ne s’en remet pas : dès qu’on quitte le regard enchanté du touriste pour les sites incas, et qu’on s’intéresse à la population, on voit bien que les liens sociaux ont été détruits, que le pays est à la dérive, et que les choses vont mal. Même si, comme toujours, il y a de vraies énergies et des résistances. Nous étions au Pérou lors d’un horrible tremblement de terre, qui a fait des milliers de victimes, et nous avons pu constater l’inaction du gouvernement à l’égard des zones rurales, mais aussi la solidarité spontanée de la population en direction des zones touchées. Aujourd’hui, en 2016, la fille de Fujimori, Keiko Fujiomori (d’où les nombreux “K” ironiques dans l’article) dont le père purge une peine de 25 ans de prison pour corruption, violation des droits de l’homme, détournement de fonds, écoutes illégales de journalistes, meurtre, etc. (il n’a pas fait dans la demi-mesure, et est bien évidemment inéligible), revient dans la course électorale avec un discours populiste, et on sait bien qui tire les ficelles en arrière plan.
Troisième point : Joan, par l’intermédiaire de sa secrétaire, m’a demandé de publier ses deux textes sur Indiscipline en raison de la censure qui le touche au Pérou.
Maintenant, un résumé traduit de son texte, sachant que je ne saisis pas tout dans la mesure où il est fait référence à des acteurs et à des affaires politiques récentes qui m’échappent. Le sens de ma traduction est donc très imparfait, d’autant que le lexique et les tournures de phrase de Joan sont souvent assez “fleuries”, et difficiles à traduire dans un français basique ou journalistique :
Le pays est en danger. Le retour du Léviathan menace de nouveau le Pérou. Le retour des années sombres se profile car l’incompétence de nos gouvernants a réussi à ressusciter avec encore plus de force qu’avant le cancer des années 90. La mythomanie des uns, la démagogie et la cleptomanie des autres nous ont fait revenir au bord du précipice.
Il résulte de cela que, comme dans les années 90, l’impartialité du Conseil National des Élections est remise en cause. Cette institution est dirigée par un personnage qui n’hésite pas à poursuivre ses ennemis et qui profite de voyages payés par les justiciables : il applique la loi à l’égard de ses ennemis, et non pour ceux qui bénéficient de sa sympathie. L’abandon de la candidature de Guzman, accablé de démarches administratives, a été un moyen anticonstitutionnel évident de favoriser les candidats qui ont sa préférence. Il est clairement démontré que cette décision honteuse de ne pas appliquer la loi avec la même rigueur à l’égard de Keiko Fujmori se fait en dépit du fait que cette candidate appartient au côté malade, antidémocratique et immoral de notre pays.
Dans ces conditions, le vote électronique dans trente districts de Lima n’est pas seulement totalement pervers et tout à fait suspect, mais de plus, il oblige à douter, par anticipation, de la propreté des résultats et nous impose de nous méfier de l’impartialité des institutions organisatrices. Bien sur, le fonctionnaire de l’Office National du Processus Electoral dit que “tout va bien”, que le système de vote électronique est “parfait”, et que les citoyens ne doivent pas s’inquiéter, dans la mesure où le Conseil National des Elections a supervisé tout le développement du logiciel. Cela veut dire que l’organe électoral, qui a clairement démontré sa partialité, en favorisant l’un des candidats et en disqualifiant un autre, a supervisé avec “impartialité” l’élaboration du logiciel utilisé dans les 30 districts de Lima. Dès lors, on peut supposer qu’une ou deux personnes du CNE se sont autorisées, en tant que spécialistes du développement logiciel, à favoriser certains des candidats. Et s’il en était ainsi, il n’est pas difficile de déduire que le nombre des votants des 30 districts de Lima peu faire pencher la balance électorale en faveur du candidat préféré du CNE qui, dès lors, ne sera pas le plus honnête ni le moins insolent.
Bien qu’on puisse se méfier du caractère illégitime de ces élections présidentielles et de celles du Congrès, non seulement elles ont été impulsées par le Conseil Electoral National, mais en plus la suspicion a été générée par l’ONPE (?) lui-même qui, en dépit de plusieurs demandes de citoyens, a été tout à fait réticent à révéler le nom des entreprises auteurs du logiciel, dont l’élaboration n’a fait l’objet d’aucune expertise de la part d’aucune institution offrant des garanties ou reconnues. De ce fait, l’autre élément qui incite définitivement à renforcer la défiance du corps électoral instruit qui est attentif à ce qu’on ne détourne pas la volonté citoyenne, c’est le putch anticipé par les experts en la matière, qui, connaissant le système, nous assurent que le vote électronique ne garantit pas le secret de l’identité des électeurs et qui viole le caractère privé du vote.
Nous, démocrates, sommes avertis. En tant que citoyens honnêtes, nous sommes avertis. Le vote électronique est suspect. Les organisateurs ne garantissent pas l’impartialité. La démocratie est en danger. Soyons attentifs. Le “Fakteur élektronike” est en marche. Dimanche 10 avril, il sera peut-être trop tard.
Merci. Avec ces éléments de cadrage, de situation et de contenu, plus le texte de Joan Gumaray, (qui est plus facile à lire qu’à traduire), nous avons beaucoup d’éléments pour entrevoir les enjeux.