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Joan Guimaray a publié une note il y a 2 ans et 12 mois
PERÚ: PADECE DE UNA INESTABILIDAD AVISADA
Escribe Joan Guimaray
5/11/2021El Perú, país ubicado en el extremo occidental de la región latina de América, cumple el bicentenario de su fundación republicana, pero, sin republicanos. Cumple doscientos años de existencia como República, pero, con cuasi ciudadanos sin ninguna mentalidad del siglo veintiuno. Cumple dos siglos de vida republicana, pero, casi con los mismos habitantes de hace quinientos años. Es decir, con gentes con laptops, pero, sin ideas republicanas; muchedumbres con celulares, pero, sin nociones ciudadanas; multitudes atrapadas por la tecnología, pero, carentes de conceptos democráticos.
Consecuentemente, no entienden que la república es la construcción de los ciudadanos, no saben que la ciudadanía es fruto de la educación, ignoran que la democracia, no es buena ni mala por naturaleza propia, sino, depende del grado de cultura que se tiene. Y, el simple desconocimiento de estos asuntos, hace que sus reacciones sean puramente instintivas, sus decisiones no sean sino estrictamente inconscientes y sus aspiraciones no pasen de ser meramente ventrales.
Precisamente por eso, desde hace ya casi cuatro meses, el Perú camina por la cornisa del abismo. La insensatez de unos, la falta de sobriedad de otros y la carencia de hidalguía de algunos, han hecho que este país esté padeciendo de una inestabilidad económica avisada y de una incertidumbre política anunciada.
Pues, a pesar de que se sabía que ninguno de los dos candidatos que habían logrado pasar a la segunda vuelta en la contienda electoral, ofrecía garantías para gobernar, el electorado no supo asumir otras decisiones democráticas. Es decir, sabiendo lo que representaba un ignaro candidato y conociendo bien a una mafiosa aspirante, no se hizo nada. A nadie le importó que el primero padeciera de nesciencia y la segunda careciera de decencia. Ni siquiera se intentó apelar al Artículo 184 de la propia Constitución que contempla la nulidad del proceso electoral, cuando los votos nulos y blancos alcanzan los dos tercios del número de votantes.
Pero pese a la existencia de esa salida constitucional, ningún político de talla, ni jurista de reputación, tampoco ningún periodista de prestigio, y mucho menos ningún intelectual de renombre, osó proponer, sugerir o plantear otra alternativa distinta de la que estaba por consumarse. Por el contrario, muy cómodamente optaron, unos por el inexperto, y otros, por la pícara hija de un cleptócrata. Y, a quienes modestamente osamos proponer y promover el voto viciado y en blanco, sencillamente nos silenciaron censurándonos la opinión. El artículo insertado a continuación, titulado Avisen a los compatriotas, no fue publicado por dos medios en los que este modesto articulista escribía por entonces. La explicación de la censura, se desprende del contenido del propio artículo, léalo:“AVISEN A LOS COMPATRIOTAS
Escribe Joan Guimaray
31/5/2021 (Artículo censurado)Avisen a los compatriotas. Pues, ante el voto del odio, de un lado y de otro, existe el voto de la sobriedad. Ante el voto a favor de la mafia, queda el voto de la dignidad. Ante el voto por la incertidumbre, surge el voto de la responsabilidad. Ante el voto para librar de la cárcel a la señora ‘K’, emerge el voto de la integridad por el país. Y ante el voto que amenaza con sombríos experimentos e inimaginables improvisaciones, está el voto de la prudencia.
La encrucijada a la que nos ha llevado un improvisado sin idearios propios ni convicciones personales, y que pudiendo dignificarnos cerrándole el paso a la hija de un malhechor sin escrúpulos ni límites, hace que nos resulte cabalmente responsable, absolutamente democrático e intachablemente legítimo, optar, no por el odio ni el miedo, sino, por la sensatez, la hidalguía y la dignidad. Por tanto, ha llegado el momento de anteponer nuestra más absoluta coherencia con nuestro modo de ser, optando de acuerdo a nuestra condición, decidiendo en armonía con nuestra naturaleza y actuando según nuestra personalidad.
Es verdad que peligra nuestra incipiente democracia y también es cierto que la atmósfera de la incertidumbre envuelve al país, pero esa situación no se puede salvar, votando por la señora ‘K’, ni decidiendo por un profesor que carece de ideas claras y de propuestas sólidas. Pues, como se ha visto en las exposiciones de planes de gobierno, la señora ‘K’ ha ofrecido repartir a diestra y siniestra el dinero que no es suyo. Promesa con la cual, muy al estilo de su natural y acostumbrada habilidad mafiosa, ha hecho un sutil compromiso de la compra de votos, con cargo a pagar o retribuir a los votantes, luego de ganar las elecciones. Mientras que el profesor, no sólo se ha dedicado en reiterar las generalidades de sus propuestas y repetir los deseos de todo lo que se puede mejorar en el país, sino además, ni siquiera ha sido capaz de responderle los ataques de la señora ‘K’, mucho menos ha tenido el coraje de reaccionar frente al insulto de: ‘Pedro tirapiedras’.
Desde luego, en esta contienda electoral estamos ante la más temible cabecilla de una organización criminal inspirada por el malhechor mayor que está en la lujosa cárcel de la Diroes, y estamos frente a un modesto profesor que tiene mucha voluntad por cambiar el país, pero que lamentablemente, carece de capacidad, no sólo por cuanto no ha podido explicar sus propuestas con datos, cifras y estadísticas, sino además, porque jamás supo establecer en orden de prioridades: su relación con el dueño de ‘Perú libre’ y su compromiso con el país, siendo este último, un ineludible deber supremo.
En consecuencia, en esta segunda vuelta electoral, no existe el mal menor ni menos peor. Puesto que bajo el gobierno de la señora ‘K’, los decentes ciudadanos de este país, no seremos sino indignos durante un lustro, y quien sabe, cuántos quinquenios más, si osa ‘interpretar’ la Constitución para indefinidas relecciones. Y, bajo la presidencia del profesor, la incertidumbre será constante como consecuencia de su vocación por la improvisación, y quien sabe, si forzado por los ‘Perúlibrista’ u obligado por los ‘Cerronistas’ y ‘Bermejistas’ se atreve a embarcarse en una aventura opuesta al sistema democrático.
Por tanto, a todos aquellos que son parte de la reserva moral del país, a los ‘Jóvenes del Bicentenario’, y a los ciudadanos que no hemos votado por ninguno de los dos en la primera vuelta, no nos queda más que optar por el voto de la dignidad. Es decir, el voto viciado o en blanco, decisión que al final, sin la menor duda, será el voto de control, de freno y de equilibrio, para que cualquiera que ganase la elección, tenga la legalidad y la constitucionalidad, pero más no la legitimidad de la ciudadanía, por haber sido electo con mínima cantidad de votos.
Es cierto que lo óptimo pudo haber sido alcanzar las dos terceras partes de votación en blanco o viciado para que el Jurado Nacional de Elecciones convoque a un nuevo proceso electoral, pero en estas circunstancias, eso es casi imposible. De modo que, a aquellos que no nos sentimos representados por la cínica señora ‘K’, ni por el profesor sin habilidades pedagógicas ni destrezas didácticas, nos conformaremos con ser una digna mayoría, en relación a los votantes de cualquiera de los ganadores. Entonces, con la autoridad moral de no haber sido cómplices ni encubridores, ejerceremos vigilancia, observación y control, sobre aquel o aquella que alcance ocupar el sillón presidencial. De manera que, si con cualquier pretexto osan poner en peligro el sistema democrático o se atreven a alterar la estabilidad jurídica del país, no dudaremos en salir a las calles y plazas, ya sea, para interpelarlos o echarlos.
Precisamente por eso, entendámoslo de una vez por siempre. No es irresponsabilidad, ni antidemocrático, mucho menos antipatriota, optar por el voto de control o de reserva. Tampoco es verdad que los votos blancos o viciados favorezcan a uno o a otro candidato. Pues, así están establecidos en los artículos: 111 y 184 de la propia Constitución.
Por tanto, avisen a los compatriotas. Pues, ante el voto del miedo, del oprobio y de la histeria, nuestro sentido ético nos advierte que existe el voto de la dignidad, la hidalguía y de la sensatez”.